ERICH FROMM Y LA ESCUELA DE FRANKFURT
UN INTENTO DE PSICOLOGÍA SOCIAL EN LA ESCUELA DE FRANKFURT
Fromm en los años 20 |
Publicado
inicialmente en alemán en 1980, a partir de las anotaciones manuscritas de
Fromm, que habían permanecido inéditas en inglés con el título German
Workers 1929. A survey, its methods and results, traducidas y editadas Wolfgang
Bonss para una edición en alemán. Fromm había autorizado su divulgación poco
antes de morir, a instancias de Bonss, en marzo de 1980 (cuando las grandes
figuras de la Escuela ya habían fallecido también), y desde entonces apenas ha
tenido traducciones: al alemán, italiano y japonés, y sólo en 2012 al
castellano, en la edición arriba mencionada. En su libro El miedo a la
libertad (1941) menciona brevemente este proyecto al inicio del capítulo 6,
dedicado a la psicología del nazismo, en nota a pie y brevemente, así como en
otras obras del autor alemán. De hecho, es la publicación más referida en las
obras de Fromm, y a la vez la más desconocida de la Escuela de Frankfurt, hasta
su publicación en 1980; se dice, además, que esta obra marcó definitivamente el
rumbo de los intereses intelectuales de Fromm.
SEDE DE LA ESCUELA DE FRANKFURT |
El
joven Erich Fromm fue nombrado jefe del departamento de psicología del Instituto,
dirigido entonces por Horkheimer, que le encargó llevar a cabo un estudio
empírico sobre la situación social, ideológica, cultural, anímica,
caracterológica, de hábitos, costumbres y gustos artísticos de la clase
trabajadora alemana. Se trataba de esclarecer los posibles vínculos entre el aparato
anímico personal (los rasgos latentes de la estructura libidinal) y el desarrollo
social. La sospecha era que la crisis económica, en lugar de exacerbar los
ánimos revolucionarios, iba a generar actitudes de simpatía hacia el
autoritarismo, la intolerancia y la disciplina bajo la égida de un líder.
El proyecto,
al tener un carácter empírico, ponía en juego las bases teóricas de la Escuela,
críticas precisamente con lo empírico, desde el punto de vista de la teoría crítica,
que discuten los métodos inductivos habituales en toda investigación empírica.
Fromm intentará aquí conciliar las dos posturas, empírico y crítica, a la vez
que explicar la tensión entre el pesimismo antropológico de las pulsiones freudianas
y el optimismo posibilista del marxismo, cosa que hizo a través de los
conceptos caracterológicos aplicados a clases sociales, o a grupos sociales (he
aquí un punto de discusión dentro de la Escuela). En este empeño encontró cierta
oposición en Adorno, que desconfiaba sobre todo del carácter empírico del
proyecto. Y tal intento de conciliación entre teoría marxista, psicoanálisis y
ciencia social llevará a esta obra al ostracismo entre 1939 y 1980,
consecuencia sobre todo de las pugnas personalistas de los intelectuales
implicados en la dirección del proyecto, cosa que acabó frustrando su
divulgación en aquel momento, malogrando lo que se llamó un “botín devorado por
los divismos frankfurtianos”. Por otro lado, la elaboración de
las conclusiones se llevó a cabo después del cierre del Instituto y la huida de
sus componentes, así como la pérdida de documentación. Además, Horkheimer había
cambiado su postura hacia la psicología social hacia posiciones menos
comprometedoras, acercándose a Adorno, para recortar las pretensiones sociologizantes
de Fromm. De hecho, Adorno menospreciaba el talante optimista y sociológico de
Fromm (para los filósofos marxista, Fromm era un culturalista; para los
psicoanalistas, era un antropólogo atrapado en un museo de cera). A partir de
1939 éste se separa de lo que queda del Instituto y el proyecto queda frustrado
definitivamente.
Se
preparó un cuestionario de unas 270 preguntas, de tipo abierto, para acceder a
los rasgos caracterológicos correspondientes a los diferentes estamentos
socioeconómicos. Este formato abierto pretendía facilitar la libre asociación
de ideas en las respuestas, así como desbloquear la estructura libidinal de los
encuestados. De un total de 3300 cuestionarios repartidos, Fromm dispuso de
unos 584 respondidos (fueron unos 1100, pero se perdieron durante la huida a
Estados Unidos), a partir de los cuales Fromm pudo extraer conclusiones y categorizaciones,
para “dar a conocer las determinaciones que rigen la realidad de los obreros y
los empleados alemanes y de la sociedad moderna en general”.
El tipo
de preguntas más comprometedoras se refiere a aquellas de carácter cultural e
ideológico: ¿quién tiene el poder real en el Estado? ¿Qué forma de gobierno
cree la mejor? ¿Qué piensa de la justicia alemana? ¿De la guerra? ¿De la
inflación? ¿De la racionalización? ¿Y de su propio partido? ¿Quién es el
«culpable de su propio destino»? ¿Mediante qué «medios puede mejorarse el
mundo»? ¿A quiénes considera las «personalidades más grandes de la historia? Preguntas
sobre “el adorno de la vivienda, los libros leídos, música, películas y obras,
moda femenina, […] las opiniones sobre las transformaciones que entonces sufría
el núcleo familiar consultando opiniones sobre el hecho de que las mujeres
ejerzan una profesión, sobre la aprobación o no del castigo corporal en la
educación de los hijos, sobre la educación sexual de los hijos y sobre el
aborto, […] la relación de los empleados y los obreros con sus superiores, la
opinión sobre el préstamo a amigos, la orientación de las inversiones que
darían a una fortuna hipotética, la felicidad o infelicidad de su infancia y
del matrimonio de sus padres, y la manera de conciliar el sueño”.
La interpretación de las respuestas a estas preguntas está sujeta a
controversia, porque la dispersión de las respuestas no permite establecer
patrones significativos ni correlaciones empíricas determinantes, pero sí que
en general las respuestas coinciden con las consignas oficiales de los partidos
de turno o bien resultan divergentes de las esperables según la atribución ideológica
en aspectos más subjetivos.
Estos
datos se iban a interpretar en clave psicoanalítica, bajo la idea de que el
psicoanálisis podría aplicarse a la psicología social, es decir, con la
intención de psicoanalizar a la sociedad alemana a través de sus componentes
individuales, convencido Fromm de que esta operación tenía fundamento teórico,
que psicoanalizar a la sociedad como se psicoanaliza a un individuo no supone
un cambio cualitativo sino meramente cuantitativo, sobre todo porque lo que se
buscaba no eran pruebas contundentes sino tendencias colectivas.
De hecho, podemos pensar que el psicoanálisis ya había dado señales de alarma sobre
los futuros desarrollos de la sociedad burguesa hacia el autoritarismo, pero
iba a ser difícil aunar esta teoría con el marxismo, sobre todo después de la
II Guerra Mundial.
A
partir de una interpretación general de los datos, Fromm establecerá una
categorización o caracterología psicoanalítica sobre tres dimensiones: evaluación
de los problemas políticos (socialista–comunista, liberal–reformista, o antisocialista–autoritario),
posición frente a la autoridad (posición libertaria, autoritaria e intermedia a
la que denomina reformista) y posición frente al prójimo (socialista,
autoritaria, reformista). La incongruencia entre las tres dimensiones en obreros
adscritos a la izquierda política hace pensar a Fromm que «si bien los partidos
de izquierda poseían la lealtad política y los votos de la gran mayoría de los
obreros, en general, empero, no lograron transformar la estructura de
personalidad de sus miembros, de modo que hubieran sido confiables en
situaciones críticas». De esta manera, ante la pregunta sobre personalidades
históricas, aunque el personaje elegido perteneciese al arco ideológico de la
izquierda, si se trataba de alguien con fuerte carga de liderazgo y autoridad,
se interpretó que tal elección se ajustaba a un perfil psicológico próximo al
autoritarismo, por ejemplo. “Del mismo modo, en la pregunta por la forma ideal
de gobierno, la mayoría se pronunció a favor de un gobierno de izquierda, pero
a la hora de tomar posición respecto del castigo corporal, hubo
significativamente más respuestas autoritarias que antiautoritarias. Esto
denotaba una actitud hacia el poder, propia del carácter autoritario de tipo
sado-masoquista: admiración, disposición al sometimiento, desprecio por los
derechos de los débiles”.
Los
resultados hicieron pensar a Fromm que había razones para sospechar que la
sociedad moderna, el desarrollo burgués, podía dar paso a formas políticas
autoritarias, contra una interpretación marxista más ortodoxa. Fromm detecta tendencias
en la cultura política de la muestra que indican desajustes en la pretendida
racionalidad del desarrollo social burgués, a pesar de que la mayoría de los encuestados
presentan tendencias políticas orientadas a la izquierda, pues aparecen fuerzas
anímicas y culturales en sentido opuesto, una debilidad estructural en las
bases de las clases asalariadas que podrían desembocar en el autoritarismo. Por
ejemplo, detecta que entre los grupos vinculados a la socialdemocracia y el
comunismo hay un 50% de indecisos ante una eventual votación electoral, es decir,
que la vinculación política muestra cierta debilidad de compromiso. “Cada vez que el capitalismo liberal se desarrolla hasta sus límites
críticos se inicia en el mundo una reevaluación crítica de la democracia
burguesa, que nos deja a las puertas de una nueva resolución histórica de la
crisis del capital”, afirma Trucco para enfatizar la importancia de este
estudio de cara al presente del desarrollo de las sociedades capitalistas.
Bibliografía
Fromm,
E. (2004), El miedo a la libertad. Barcelona, Paidós.
Fromm.
E. (2012), Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich. Un análisis
psicológico-social. Buenos Aires, FCE (con el auspicio de la Universidad de
San Martín y la Facultad Libre de Rosario).
Peirone,
F. (2012a), “Engranajes del nazismo”, en Clarin. Revista Ñ, 19 de julio
de 2012. Puede consultarse online en este enlace (visualizado el 27 de agosto de 2022).
Peirone,
F. (2012b), “Nota a la presente edición”, en Fromm. E. (2012), Obreros y
empleados en vísperas del Tercer Reich. Un análisis psicológico-social.
Buenos Aires, FCE, pp. 9-12.
Trucco,
I. (2013), reseña de Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich. Un
análisis psicológico-social (FCE), en revista Pampa, núm. 9, 2013,
pp. 265-271.
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