AMIN MAALOUF, LA RESISTENCIA DEL AUTOR HONESTO
Amin Maalouf, la esperanza del observador
Es muy peculiar la alegría que proviene de cuestiones no personales sino del pensamiento que lo forma a uno; al que intenta deberse, quizá sin intención. Cercana alegría en la distancia. ¿Se trata de una emoción propia? Y si se origina en la reflexión de otro, ¿es por ese otro? ¿A causa de él? ¿Para él? Se trata, en realidad, de lo que en Identidades asesinas (1998), uno de sus libros más vigentes para las diversas crisis actuales, Amin Maalouf llamó los genes del alma. Las capas que nos componen. Los pedazos de identidad que construyen la del individuo. Serán las nacionalidades, las raíces culturales, las afinidades y constructos adquiridos. A veces, por elección; otras, por mera coincidencia.
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