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Las ideas innatas son contenidos puros de la mente (sin la interferencia de los sentidos o la imaginación). Los contenidos puros son aquellos que no pueden ser fruto de los sentidos: alma, Dios, causa, sustancia, etc. Su origen no puede atribuirse a un principio externo al yo. Descartes otorga validez a tales conceptos puros desde el principio, ya que desconfía de los sentidos. Pero en el momento en que comienza a indagar en el interior de su mente y descubre tales contenidos, tampoco puede apoyarse en nada más que el cogito . La reflexión cartesiana no puede trascender el propio yo, de modo que esas ideas puras o innatas que Descartes encuentra en su mente de forma más o menos espontánea sólo pueden atribuirse a la propia razón, al pensamiento en sí mismo. Así, pues, las ideas innatas son contenidos de la razón, forman parte del bagaje racional humano. Con ese bagaje no nos representamos imágenes sino que se hacen inteligibles objetos no imaginables, a los que Descartes llamará i
El pensamiento platónico se desarrolla a lo largo de varias etapas, y sus obras pueden clasificarse según ese mismo esquema temático-cronológico. El orden cronológico se puede establecer a través de un análisis del estilo, del cual ha derivado una lista estilométrica, confeccionada bajo el criterio de que la fecha de un texto resulte menos incierta dentro del grupo de libros al que se asigna que entre los grupos diferentes. Este criterio permite a Popper, por ejemplo, colocar el Criton delante de la Apología , saltando las ordenaciones tradicionales, e incluso se dice que Laques también estaría al principio de la lista (Popper, La sociedad abierta , cap. 3, nota 5). No obstante, aquí presentaremos la lista de las obras platónicas según la ordenación tradicional: 1. Diálogos socráticos Entre 399 y 393 a. C., Platón escribe influenciado por la memoria de su maestro, Sócrates, muerto en 399. Son los llamados diálogos socráticos o menores, escritos fuera de Atenas y posible
¿Mentir? iJamás! Así pues, la mentira, definida simplemente como declaración intencionadamente falsa dirigida a otro hombre, no necesita el complemento de que tenga que perjudicar a otro, como lo exigen los juristas para su definición [...]. Pues siempre perjudica a otro, que, aunque no sea otro hombre, sí es la humanidad en general, en cuanto que hace inutilizable la fuente de su derecho. Pero esa mentira bondadosa puede también resultar por accidente ( casus ) punible según las leyes civiles; mas lo que escapa a la penalidad por mera casualidad puede también ser juzgado como injusto por las leyes exteriores. Así, por ejemplo, si mediante una mentira tú has impedido obrar a alguien que se proponía cometer un asesinato, eres jurídicamente responsable de todas las consecuencias que puedan seguirse de ello. Pero si te has atenido estrictamente a la verdad, la justicia pública no puede hacerte nada, sea cual fuere la imprevista consecuencia de ello. En cambio, es posible que,
El dualismo de la naturaleza humana es un tema central en el pensamiento cartesiano, un tema que se apunta ya tempranamente, en la formulación del cogito tras la duda metódica; pero es después, a partir de la reconstrucción del mundo sobre la base ontológica de Dios, que reaparece con toda su problematicidad: la separación de las sustancias obliga a explicar la relación de los procesos mentales con los procesos físicos (el llamado problema cuerpo-mente ). Es el primer gran problema de la filosofía cartesiana, explicar la relación entre dos instancias radicalmente diferentes y separadas, relación por otro lado necesaria para dar coherencia al resto del sistema y dar posibilidad efectiva al conocimiento del mundo. Este asunto es la piedra de toque de toda la filosofía de Descartes y de sus herederos, pues las diversas respuestas a la cuestión desarrolladas por el racionalismo del siglo XVII serán el origen de las diferentes corrientes que se centrarán en la temática epistemológica: M
LA DUDA METÓDICA Para Descartes, la tarea de la filosofía consiste, sobre todo, en descubrir la verdad. Y esa verdad consiste en algo, una proposición que sea indudable y absolutamente evidente. De este modo, hace de la duda su método, la duda metódica mediante la cual irá despejando dudas sobre el conocimiento, hasta hallar aquello sobre lo que no sea posible dudar. El propósito es dudar de todo aquello que no sea absolutamente evidente. Se trata de barrer todo lo que no sea seguro, hacer limpieza y poder reconstruir un nuevo edificio sobre los escombros del anterior, sobre bases más firmes y sólidas, dado que ha puesto a prueba su resistencia a la duda. Así, el punto de partida consiste en sospechar de la verdad de todo cuanto se presente como información sobre el mundo, para deshacerse así de las creencias infundadas, pero para ir también más allá con la intención de no dejar nada en pié hasta alcanzar alguna idea clara y evidente por sí misma. Como él mismo cuenta, estudi
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