APUNTES SOBRE SAVONAROLA (1452-1498)



Savonarola es personaje curioso. Nace en Ferrara, hijo de un médico de la corte; él estudia medicina en Bolonia, pero a los 23 años abandona la medicina e ingresa en los dominicos, para ser predicador, en Bolonia también. Formación ortodoxa, aristotélica y escolástica. Luego se traslada a Florencia, en 1490, donde es prior del convento dominico de la ciudad. Es la época de Lorenzo el Magnífico, y los sermones de Savonarola contra los Médicis son muy populares y movilizadores, hasta el punto de conseguir que, tras la huida de Pedro de Médicis, en 1494, hubiera una revolución popular auspiciada por Savonarola, que condujo a la proclamación de la República, implementando un gobierno de base democrática. El problema de este nuevo régimen fue su dependencia de Savonarola: se organizó siguiendo sus opiniones, cosa que produjo rivalidades entre sus partidarios y sus detractores, hasta el punto de desembocar en un motín entre llorones y rabiosos. Esta situación de conflictividad desemboco en su procesamiento y condena, entre abril y mayo de 1498. Se le aplicó la tortura, fue condenado, ahorcado, su cuerpo quemado y sus cenizas lanzadas al Arno. Con la muerte de Savonarola cayó el régimen republicano en Florencia. En 1502 se estableció el cargo de gonfaloniero como vitalicio, en manos de Piero Soderini, hasta el retorno de los Médicis en 1512.

Savonarola cargaba contra todos: contra la usura, la conducta desordenada del clero, el afán de lucro del Papa, la plutocracia florentina. Esta actitud crítica enlaza con el ascetismo medieval, contrariado con las novedades que el cambio renacentista está poniendo sobre la mesa. Savonarola consiguió hacerse con la opinión pública desde el púlpito, llevando a sus seguidores a constituir un movimiento local de protesta social. La invasión francesa de 1494 es presentada como una advertencia de Dios por el caos espiritual presente en el orbe cristiano: el invasor es la espada de Dios, pero un profeta, él mismo, puede aplacar la ira divina logrando la renovación (renovatio) mediante la penitencia de los creyentes y el retorno a la tradición religiosa, y así evitar el fin del mundo. La cuestión de la renovatio en Savonarola se fundamentaba en la separación entre religión y mundo. Una cosa es el verdadero cristianismo y otra los filósofos paganos ensalzados por los humanistas, las religiones falsas, la naturaleza y la política. La viva verdad es la escritura revelada; sobre las cosas del mundo solo cabe escepticismo.

Los hechos se suceden: los franceses ocupan la ciudad pero no la saquean, los Médicis son expulsados de la ciudad y llegan los Borgia, que plantean la posibilidad de una reforma política y diálogo entre oligarquía y los partidos populares; y Savonarola sale bien parado, consiguiendo mayor poder político: su llamada a la penitencia ha surtido efecto y Dios no ha castigado a los florentinos, con los Borgia hay posibilidades de renovación, y Savonarola se alinea con los populistas. Pide una amplia reforma, de cara a un juego político de consenso. Nuevamente se hace con el apoyo popular, pero este nuevo planteamiento aboga por una monarquía centralizada, en oposición al republicanismo típico del momento. Curiosamente, Maquiavelo seguirá por ese mismo camino. 

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