MATERIALES: David Hume
Enlace a un texto digital correspondiente a una de las lecturas obligatorias del 2º curso de Bachillerato. Se trata del Resumen del tratado, también conocido como el Abstract, que Hume publicó anónimamente para compensar el fracaso de la publicación de los primeros libros del Tratado de la naturaleza humana.
Al texto (en versión catalana de M. Satué) puede accederse en este enlace.
La otra lectura obligatoria en este curso es el Apéndice I de la Investigación sobre los principios de la moralidad, que puede encontrarse en versión pdf en este enlace.
A continuación, un enlace dedicado a la ética de Hume, aquí.
La otra lectura obligatoria en este curso es el Apéndice I de la Investigación sobre los principios de la moralidad, que puede encontrarse en versión pdf en este enlace.
A continuación, un enlace dedicado a la ética de Hume, aquí.
Breve historia de un librito:
el Abstract o Resumen del Tratado, de Hume
Los dos primeros volúmenes del Tratado de la Naturaleza Humana, publicados por Hume en enero de 1739, fueron en su tiempo un fracaso editorial. Tenía el autor la edad de 27 años. En vida de Hume, la obra no pasó de la primera edición. Es conocida la breve autobiografía de 1776, donde Hume, en vísperas de su muerte, nos da un sucinto informe acerca de sí mismo y de sus empresas literarias.
A propósito del Tratado, dice Hume en My own life: "jamás un intento literario ha sido tan poco afortunado como lo fue mi Tratado de la Naturaleza Humana. Nació muerto de la imprenta, sin ni siquiera suscitar un murmullo entre los fanáticos".
Si grande fue el fracaso de la obra, mayor pareció ser el desconsuelo del filósofo. En carta dirigida a Henry Home y fechada el 13 de febrero de 1739 - fresca aún la tinta de su flamante publicación - escribe Hume:
"Hace ya quince días que se ha publicado mi libro; aparte otras muchas consideraciones, pensé que contribuiría mucho a mi tranquilidad y podría ahorrarme muchas mortificaciones el que yo me retirara al campo mientras el éxito de la obra estuviera indeciso. Siento decir que así permanecerá por mucho tiempo. Los que están acostumbrados a reflexionar sobre estos asuntos abstractos, también están, por lo común, llenos de prejuicios; y los libres de prejuicios no están familiarizados con los razonamientos metafísicos."
El 1 de junio del mismo año, también en carta dirigida a Henry Home, Hume no puede ya reprimir su impaciencia. Escribe desde su residencia escocesa de Ninewells:
"He recibido noticias de Londres sobre el éxito de mi Filosofía, que es prácticamente nulo, a juzgar por la venta del libro, si son de crédito los informes de mi librero. Estoy de mal humor conmigo mismo, y, sin duda, dentro de poco, estaré de mal humor con el mundo, como otros autores fracasados."
En la correspondencia de Hume que abarca los dos años siguientes a la publicación del Tratado abundan parecidas confesiones de desaliento. Junto a ellas se ve siempre su esfuerzo por obtener, del modo que fuere, un reconocimiento del público, tan grande, cuando menos, como los trabajos al componer el libro. A decir del propio Hume, esta pasión por el éxito es disculpable: Los autores disfrutan de este privilegio; igual que los amantes. Hume se ocupó de que las autoridades filosóficas de su tiempo recibieran oportunamente un ejemplar de la obra. Envió el libro - entre otros - al Dr. Butler-, entonces obispo de Bristol; también hizo llegar una copia a Francis Hutcheson, pidiéndole una recomendación para un editor de Dublín.
En el verano de 1739 no había aparecido aún ninguna crítica sobre el libro. Es probablemente hacia esta fecha cuando Hume, en un intento desesperado por lograr alguna publicidad, decide escribir un Resumem del Tratado con el propósito de enviarlo a la revista The History of the Works of the Learned. El manuscrito nunca llegó a la redacción de la revista porque, a fines del mismo año, apareció en esa publicación la tan deseada crítica. En carta a Francís Hutcheson, Hume calificó la reseña de ser "en cierto modo abusiva", juicio no exento de precipitación, si consideramos que las palabras del crítico fueron éstas:
"[El libro] contiene, ciertamente, indudables muestras de una gran capacidad, de un genio superdotado, pero todavía joven y no completamente hecho. El asunto es vasto y noble, y ofrece suficiente materia para ejercitar el pensamiento, pero requiere un tratamiento muy maduro, debido a la dignidad e importancia del tema; la máxima prudencia, ternura y delicadeza se requieren para tan deseable propósito. El tiempo y el uso pueden madurar estas cualidades en nuestro autor; y, probablemente, tendremos razón al considerar esta obra, sí la comparamos con su producción posterior, del mismo modo que vemos hoy las obras juveniles de Milton, o el primer estilo de Rafael u otro celebrado pintor."
Es de interés recordar aquí que, nueve años después, quizá guiado por las sugerencias de esta crítica "en cierto modo abusiva", el propio Hume, ya rondando la cuarentena, escribía en el prólogo de sus Investigaciones:
"Los más de los principios y razonamientos contenidos en este volumen fueron publicados en un trabajo de tres tomos llamado Tratado de la Naturaleza Humana: una obra que el autor había planeado antes de dejar la Universidad y que escribió y publicó no mucho después. Pero no encontrándola galardonada por el éxito, se dio cuenta de su error en ir a las prensas demasiado pronto, y vertió todo de nuevo en los siguientes fragmentos, en los que algunas negligencias de su primer razonamiento, y otras más en la expresión, están, él así lo espera, corregidas."
Pero volvamos al invierno de 1739. Escrito el Resumen del Tratado, y descontento Hume por la fría acogida de la crítica, resuelve publicarlo suelto, bajo seudónimo. Sale el folleto a la luz en Londres, en 1740. Durante casi doscientos años la existencia de este opúsculo ha sido ignorada por los biógrafos de Hume.... El lector actual tiene la última palabra.
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