ANTES DE LA REVOLUCIÓN

SITUACIÓN DE LA NOBLEZA FRANCESA A FINALES DEL XVIII



Dentro de la aristocracia feudal debemos considerar tanto a la nobleza como al alto clero, puesto que comparten funciones e incluso provienen de las mismas familias. Es en conjunto el grupo social dominante, pero la nobleza ha perdido posiciones en el equilibrio de poderes políticos y económicos (decadencia), aunque aún conserva sus privilegios sociales y políticos. Este desajuste entre su poder económico real (menguado) y los privilegios conservados  será el desencadenante de la pugna entre nobleza y burguesía en los momentos previos a la revolución, pues la burguesía quiere conseguir privilegios políticos equiparables a la nobleza, a costa de eliminar sus privilegios fiscales (impuestos).
En este momento, la burguesía puede aspirar a competir con la nobleza porque ésta se halla en una coyuntura de decadencia. Se trata de un declive tanto político como económico, aunque conserva su preeminencia social. Sin embargo, se halla dominada por divisiones internas entre castas familiares a menudo hostiles entre sí.
Las guerras de la Fronde, batalla en 1652
Progresivamente, la monarquía ha ido privando a la nobleza de antiguos privilegios feudales (derechos de regalía): cobrar algunos impuestos, leva de soldados, administración de justicia, etc. Tras las guerras de la Fronde (1648-1653), la nobleza ha sido domesticada, aunque incorporada a las funciones de la corte, convertida en parasitaria.


En sentido estricto, a finales del siglo XVIII la nobleza representa un 1,3% de la población francesa (unas 350.000 personas). Son datos aproximados y los porcentajes varían en función de la región (hasta un 2% en Evreux).
Privilegios conservados:
  • Privilegios honoríficos: port de l’épée (llevar espada), banco reservado en la Iglesia, decapitación en caso de pena de muerte, exención de la taille (impuesto agrícola), excención de la covée des routes (impuesto sobre los caminos), excención del logement des gens de guerre (alojamiento de soldados, es decir, ellos montaban las guerras pero los costes logísticos corrían a cargo de las ciudades), derechos de caza, monopolio en el acceso a grados superiores del ejército y cargos eclesiásticos, judiciales y administrativos.
  • Privilegios económicos: percepción de impuestos (fief, feudales), propiedad agrícola (hasta un 35% del total).
  • Privilegios fiscales: excepción general sobre los impuestos aplicados por el rey.

Dentro de la nobleza se pueden distinguir varios grupos de dispares intereses:
  • Nobleza cortesana: grupo de nobles presentes en la Corte, al servició del rey. Se trata de unas 4000 personas. Llevaban un tres de vida propio de la Corte, y recibían ingresos derivados de sus funciones allí: pensiones concedidas por el rey, ingresos derivados de cargos específicos, militares o eclesiásticos, además de los ingresos que obtuviesen de sus propios dominios feudales. No obstante, debían afrontar muchos gastos para estar a la altura de las circunstancias, y acababan endeudados. La arsitocracia liberal sale de este grupo: han sido atraídos por las ideas ilustradas y sufren un cierto desclasamiento que les lleva a compartir ideas e intereses con la alta burguesía (oposición al absolutismo monárquico, son constitucionalistas).
  • Nobleza provincial. Atada a sus dominios feudales, que son su principal recurso económico. Viven cerca de los campesinos y sus penurias, y sus ganancias se resienten de las malas cosechas y del alza de los precios que sacude todo el siglo XVIII. Algunos exigen más de sus campesinos. Detestan a los nobles cortesanos por sus privilegios, y a la burguesía por su riqueza comercial. Ideológicamente son conservadores e inmovilistas.
  • Nobleza funcionarial (noblesse de robe). Son altos funcionarios judiciales (en los diversos Parlements) y administrativos. A partir del siglo XVI, la consolidación del poder centralizado del monarca lleva a desarrollar un aparato burocrático cuyos mandos se ponen a disposición de quienes puedan comprarlos. La alta burguesía accede a ellos y luego los transmite a sus herederos. Los miembros de esta casta funcionarial ocupan una zona intermedia entre la nobleza genuina (noblesse d’épée) y la alta burguesía, pero tiende a confundirse con la primera. Defiende sus privilegios de casta, así que manifiesta actitudes inmovilistas respecto de las reformas políticas que plantean tanto los nobles liberales como la alta burguesía.
La situación de la nobleza a finales del siglo XVIII es , como se puede apreciar, complicada. Reclamará la convocatoria de los Estados generales para afirmar su primacía política y conseguir que sus demandas y privilegios sean sancionados. Pero sus divisiones internas (la oposición de la nobleza provincial a toda reforma pero también al absolutismo, y la aspiración reformista de la nobleza cortesana sin poner en peligro sus privilegios) van a ser decisivas. Los Estados Generales son un error de cálculo de la nobleza, porque el pueblo llano (burguesía, pueblo llano y campesinado) van a estar unidos contra la aristocracia.

FUENTE: Soboul, La Révolution française. Paris, Gallimard, 1996 (págs. 58-62).



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