VIATGE AL VOLTANT DE LA MEVA CAMBRA, DE XAVIER DE MAISTRE
Ressenya d'Anna M.
Viatge al voltant de la meva cambra és un recorregut de quarante-dos capítols, que equivalen als quaranta-dos dies que el filòsof passa a la seva habitació, i en el qual relata les seves experiències. És un recorregut físic, però també espiritual.
De Maistre parla de dos conceptes: l'ànima i la bèstia (a qui sovint anomena "l'altra"). L'ànima és capaç de viatjar per tots els racons, mentre la bèstia, sense ser-ne pròpiament conscient, fa de les seves. Crec, o almenys així ho interpreto, que l'autor està descrivint la major part de l'estona el recorregut que fa l'ànima en travessar la seva habitació d'un lloc a l'altre. Com l'ànima és capaç de ser tan lluny i tan externa, i alhora tan capaç d'entretenir-se amb un pensament i deixar-lo volar, gairebé perds la noció de l'espai i el temps, i et trobes en un lloc aliè a l'habitació on el filòsof s'hi passa quarante-dos dies.
Aquest llibre m'ha semblat molt interessant i m'ha dut a pensar. Hi havia parts que eren molt certes, que quan hi pensava trobava un sentit, i potser són idees que mai m'havia plantejat abans però que de cop apareixen i et capgiren la manera de veure les coses. És un llibre que cal llegir amb calma per entendre'l bé i saber-ne interpretar tots els matissos. El recomano a les persones que els agradi viatjar, no només amb avió o vaixell, o tren, sinó també amb la seva ànima.
L'ànima i la bèstia, per Agustín G. |
Ressenya d'Albert H.
La meva part preferida del llibre és on parla sobre l'ànima i la bèstia. Explica que hi ha dues parts en un home, però que a diferència de la separació entre ànima i cos (que només és un recipient de l'ànima), la bèstia és un altre individu, amb els seus gustos, inclinacions i voluntat, però unida a l'ànima per algun lligam (Déu?).
M'ha agradat la seva semblança amb la idea de Thomas Nagel sobre la ment i el cervell, on els dos estan connectats i on ment/ànima no estan lligats a la realitat (des d'un punt de vista materialista), però sí lligats a la bèstia de forma física. Encara va més enllà, dient que cadascuna d'aquestes parts són un individu, i que de vegades, tot i formar un tot més gran, poden contradir-se.
Ressenya de Laia A.
Pienso que es un libro muy interesante pues al leerlo no te deja indiferente. Y para mí eso es un buen libro, uno que te hace pensa, sentir y percibir cosas distintas a antes de leerlo. Por decirlo de algún modo, a mi parecer un buen libro es aquél que al terminarlo dices: "¡uau!"
El autor consigue meterte muchas cosas en la cabeza para hacerte pensar. Él piensa y nosotros pensamos por él (por lo menos eso es lo que yo he sentido leyendo); me he sentido identificada con algunas partes, en algunos momentos he comprendido al autor y lo que éste decía, y en otras (siendo sincera) no comprendía demasiado. A lo largo de todos estos capítulos he ido sintiendo varias cosas: algunos capítulos me han dejado totalmente indiferente, algunos sorprendida, otros me han hecho tirarme de los pelos de la rabia que me daba leerlos, no comprendo cómo alguien que en algunos momentos puede ser tan coherente de repente se pone a hablar (a mi parecer) sin coherencia.
Tengo que decir que antes de empezar el libro creía que trataría sobre un personaje que nos contaría sus aventuras imaginarias. Ahora al terminarlo veo que en cierto modo no iba mal, pero un poco sí, pues los viajes no eran de aventuras, eran más como episodios morales, viajes de reflexión y pensamiento. No es lo que me esperaba, pero, como suele pasar a menudo, el libro ha superado mis expectativas.
Me gustaría recomendar este libro a todo aquél que encuentre en la lectura un lugar donde relajarse y descansar, pues si no sabes encontrar el placer en leer toda lectura te desagradará.
Dos capítulos me han impresionado, el 24 y el 25. En el primero comienza contándonos que cree sus escritos, aunque empiezan llenos de alegrías siempre terminan mal. Para parar esto decide disertar sobre pintura. Hasta ahí todo me parece correcto, pero de repente el autor hace una comparación que en mi opinión es errónea. Compara el arte de la pintura con el de la música. Dice que la música va sujeta a la moda y que la pintura no. Discrepo profundamente.
¿Acaso la pintura no tuvo, al igual que la música, sus épocas? Romanticismo, impresionismo, cubismo. Varios estilos que llegaron por moda de país a país. Tengo que darle la razón al autor en que ahora los adolescentes quizás no sientan la misma devoción por lo pasado, pero, ¿acaso lo pasado no fue nuevo en algún momento? Tengo que añadir, ya para terminar, que tango yo como muchos de mis compañeros que estudiamos música y los que ya son músicos profesionales sí nos emocionamos con una buena zarzuela, o con un vals, o con cualquier tipo de buena música, del mismo modo que o me gusta sólo un cuadro o una canción sino que me gustan los buenos cuadros y las buenas canciones. ¿Y qué es lo bueno para cada uno?
En cuanto al capítulo 25, cabe decir que mientras lo leía mi cuerpo se iba poniendo poco a poco en tensión hasta que al llegar al final he podido relajarme. Sinceramente, creo que un arte no se puede hacer sólo con el cuerpo (la bestia), un buen arte tiene que tener alma para poder transmitir. Coincido con el autor en que la pintura requiere concentración y sentimiento a la vez que destreza, pero me duele que diga que la música no. ¿Acaso no ha escuchado nunca una fuga? Verdaderas obras de ingeniería musical. En cuanto a que con una buena digitación se es un buen músico... ¡Por favor! Un tango tocado sin alma no sería nada, la música sin alma no es nada. Sólo una secuencia infinita de notas que se persiguen unas a otras sin un porqué. Finalmente, me gusta que diga que todo acaba en la duda, pues quizás se pone a pensar en sus palabras y descubre que algo falla en ellas.
Pienso que es un libro muy interesante pues al leerlo no te deja indiferente. Y para mí eso es un buen libro, uno que te hace pensa, sentir y percibir cosas distintas a antes de leerlo. Por decirlo de algún modo, a mi parecer un buen libro es aquél que al terminarlo dices: "¡uau!"
El autor consigue meterte muchas cosas en la cabeza para hacerte pensar. Él piensa y nosotros pensamos por él (por lo menos eso es lo que yo he sentido leyendo); me he sentido identificada con algunas partes, en algunos momentos he comprendido al autor y lo que éste decía, y en otras (siendo sincera) no comprendía demasiado. A lo largo de todos estos capítulos he ido sintiendo varias cosas: algunos capítulos me han dejado totalmente indiferente, algunos sorprendida, otros me han hecho tirarme de los pelos de la rabia que me daba leerlos, no comprendo cómo alguien que en algunos momentos puede ser tan coherente de repente se pone a hablar (a mi parecer) sin coherencia.
Tengo que decir que antes de empezar el libro creía que trataría sobre un personaje que nos contaría sus aventuras imaginarias. Ahora al terminarlo veo que en cierto modo no iba mal, pero un poco sí, pues los viajes no eran de aventuras, eran más como episodios morales, viajes de reflexión y pensamiento. No es lo que me esperaba, pero, como suele pasar a menudo, el libro ha superado mis expectativas.
Me gustaría recomendar este libro a todo aquél que encuentre en la lectura un lugar donde relajarse y descansar, pues si no sabes encontrar el placer en leer toda lectura te desagradará.
Dos capítulos me han impresionado, el 24 y el 25. En el primero comienza contándonos que cree sus escritos, aunque empiezan llenos de alegrías siempre terminan mal. Para parar esto decide disertar sobre pintura. Hasta ahí todo me parece correcto, pero de repente el autor hace una comparación que en mi opinión es errónea. Compara el arte de la pintura con el de la música. Dice que la música va sujeta a la moda y que la pintura no. Discrepo profundamente.
¿Acaso la pintura no tuvo, al igual que la música, sus épocas? Romanticismo, impresionismo, cubismo. Varios estilos que llegaron por moda de país a país. Tengo que darle la razón al autor en que ahora los adolescentes quizás no sientan la misma devoción por lo pasado, pero, ¿acaso lo pasado no fue nuevo en algún momento? Tengo que añadir, ya para terminar, que tango yo como muchos de mis compañeros que estudiamos música y los que ya son músicos profesionales sí nos emocionamos con una buena zarzuela, o con un vals, o con cualquier tipo de buena música, del mismo modo que o me gusta sólo un cuadro o una canción sino que me gustan los buenos cuadros y las buenas canciones. ¿Y qué es lo bueno para cada uno?
En cuanto al capítulo 25, cabe decir que mientras lo leía mi cuerpo se iba poniendo poco a poco en tensión hasta que al llegar al final he podido relajarme. Sinceramente, creo que un arte no se puede hacer sólo con el cuerpo (la bestia), un buen arte tiene que tener alma para poder transmitir. Coincido con el autor en que la pintura requiere concentración y sentimiento a la vez que destreza, pero me duele que diga que la música no. ¿Acaso no ha escuchado nunca una fuga? Verdaderas obras de ingeniería musical. En cuanto a que con una buena digitación se es un buen músico... ¡Por favor! Un tango tocado sin alma no sería nada, la música sin alma no es nada. Sólo una secuencia infinita de notas que se persiguen unas a otras sin un porqué. Finalmente, me gusta que diga que todo acaba en la duda, pues quizás se pone a pensar en sus palabras y descubre que algo falla en ellas.
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