A grandes rasgos, concibe el Cielo como una semiesfera sólida, similar a un cuenco, y bajo el mismo la Tierra plana; entre Tierra y Cielo hay dos estratos o capas, éter ( aither ; brillante o ígneo, se le llama también ouranos ) y neblina ( aer ), de arriba a abajo. La superficie de la Tierra, que se extiende ampliamente hacia abajo, ahínca sus raíces en el Tártaro (Kirk & Raven, pág. 24). Respecto del Tártaro (que puede asociarse a una forma de Infierno, se pueden mezclar ideas de origen no necesariamente homérico (Kirk & Raven, pags. 24-25, frags. 1, 2 y 3). En general se le atribuye profundidad, al situarse bajo el Hades, manteniendo una simetría en relación con los estratos del Cielo: Hades, Erebo y Tártaro en el fondo. No obstante, hay visiones más simplificadas, como a que transmite Jenófanes, donde el Tártaro es una mera prolongación indefinida de la Tierra (Kirk & Raven, pág. 25, frag. 3). En esta concepción destacan la posición del Océano y la Noche; ést...