EL CAOS EN LA COSMOGONÍA GRIEGA

Ø      Xáos, caos. “Antes que nada nació el Caos”, dice Hesíodo al inicio de la Teogonía (116). No se trata sólo de un elemento de la primera diferenciación cosmogónica, sino que además es el primero de todos los componentes de esa primera diferenciación. La palabra xáos deriva de la raíz xa, que significa “abertura”, “resquicio” o “bostezo”. Eliade lo interpreta como “abismo”, del que surgieron Gea y Eros (es decir, elementos de la primera diferenciación) Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X). Del uso arcaico de esta palabra, anterior al 400 a. C., hay pocas referencias que nos lleven a un sentido cosmogónico, pero en general se refieren a “la región existente entre el cielo y la tierra”, el aire libre donde vuelan las águilas. Con todo, no está nada claro qué lugar ocupa el Caos en el cosmos griego primitivo. En el texto hesiódico hay una nueva referencia (Teog. 695 ss; frag. 25 de Kirk & Raven), en la que Zeus ataca con fuego a los Titanes y “un fuego inefable invadía el Caos”. De esta referencia se deduce que el Caos se halla entre el cielo y la tierra, dado que Zeus ataca a los Titanes en su morada, el monte Otris, y es difícil suponer que el fuego y el calor de Zeus penetren bajo tierra, en el inframundo; así que se considera que las llamaradas de Zeus se dirigen hacia esa zona intermedia que separa Cielo y Tierra, cosa que deja un importante papel para Caos,como resquicio, para considerar el tema de la separación entre Tierra y Cielo, que es otro importante capítulo cosmogónico. Por otro lado, Kirk & Raven consideran tres posibles interpretaciones de la supremacía cosmogónica de Caos:
      Aristóteles (Física IV 1, 208b 29) lo interpreta como un espacio vacío primordial e independiente de las cosas, es decir, como el ligar continente de las cosas. Sin duda, la interpretación de Aristóteles está condicionada por su propia concepción del lugar (topos), pero lo cierto es que el concepto de espacio es muy posterior a Hesíodo, y sólo aparece a partir de Pitágoras, Zenón de Elea y en el Timeo platónico.
      Zenón Citeo y los estoicos, a través de Ferécides, lo asocian a “lo que es vertido”, es decir, un líquido, el agua.

      Una interpretación posterior, también basada en el estoicismo, toma el término Caos como sinónimo de desorden, de materia desordenada e informe.

Cornford interpreta el verso hesiódico “Antes que nada nació el Caos” (Teog. 116) como que surgió el resquicio entre la tierra y el cielo, es decir, la aparición de una separación cósmica que sería el primer estadio cosmogónico (Kirk & Raven).
Esta idea tiene el inconveniente de que la noche, Urano, aún no ha surgido cuando se da esa primera diferenciación, pues pertenece al segundo estadio. El resto de las condiciones encaja en la interpretación sugerida por Cornford. Además, hay una separación Cielo-Tierra más específica en el posterior mito de la mutilación de Cronos (Kirk & Raven, en referencia a Teog. 154).
En apoyo de Cornford, Kirk & Raven añaden que quizás el Caos no es una condición previa a un mundo diferenciado en primera instancia, sino una modificación de lo ya dado, es decir, que ya estarían presentes el Cielo y la Tierra cuando se introduce el verso hesiódico referido, en tanto que ninguna cosmogonía griega admitiría la nada como origen. Es posible que la idea de un cosmos formado por Cielo y Tierra unidos fuera una concepción general, y que el relato comenzara directamente con su separación como primera diferenciación, a partir de la aparición de aquel resquicio entre ambos (Xáos), es decir, que en el principio de todo, Cielo y Tierra se separaron.
Desarrollos posteriores. La idea de Caos es importante a efectos de desarrollos filosóficos posteriores: su oscuridad le confiere unos límites no determinados, aunque no sea absolutamente ilimitado, pero es posible que de él derivase la idea de apeiron de Anaximandro (Kirk & Raven, págs. 52-53, y nota 1). Kirk & Raven citan también varias fuentes literarias posteriores a Hesíodo: Eurípides, Diodoro, Apolonio de Rodas. Estos son autores de fragmentos que remiten a este mito de la separación Cielo-Tierra, y a la vez tienen conexión con formulaciones naturalistas. Por ejemplo, las ideas de Diodoro parecen inspirarse en Demócrito. Son textos de carácter ecléctico, pero sin duda reflejan la influencia de las ideas cosmogónicas tradicionales y populares, que en su momento sería transmitidas oralmente (Kirk & Raven, págs. 54-56).


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