TEXTOS: Brecht y el nacionalismo

Un relato corto de Brecht acerca de los inconvenientes del nacionalismo. Forma parte de la serie Historias del señor Keuner, y se ha extractado del libro de Brecht, Historias de Alamanaque (1949; Madrid, Alianza, 1981), pág. 135.




Este relato, que leí durante mi adolescencia, sirve perfectamente para manifestar mi posición ante el horizonte político actual, de enfrentamiento entre dos nacionalismos, el español, centralista, y el periférico, en Catalunya y en País Vasco. El proceso soberanista catalán da muestras de radicalizarse, y pronto pasará lo mismo en Euskadi, cuando el nuevo gobierno tome posesión. Signo de esta rdicalización es que, ante un manifiesto de intelectuales de izquierda en favor del federalismo (más información en este enlace), los portavoces de CiU lo hayan señalado como un ataque frontal a sus posiciones, e incluso he llegado a escuchar la expresión "ataque personal" contra Mas, como si él pudiera ser el depositario de las esencias del proceso.



Aunque el contenido del manifiesto sea discutible, y lo sean también algunas de las firmas que lo sustentan, la reacción de CiU se explica en el hecho de no aceptar alternativas a su guión (mejor dicho, a ese guión que se han apropiado para ganar escaños). La hoja de ruta ya está escrita, y la televisión catalana la ha asumido también. Esta semana estrenan una película, Èric i l'Exèrcit del Fénix, basada en unos hechos reales protagonizados por un adolescente que amenazó por mail a algunos supermercados que no etiquetaban en catalán, y fue procesado por la Audiencia Nacional bajo la ley antiterrorista.

Los hechos ocurrieron en 2004 y son un conjunto de despropósitos por ambas partes. El joven acabó escribiendo un libro (Barcelona, Proa, 2006), y de él se hizo la versión para la gran pantalla, de la cual TV3 está haciendo una gran promoción. Sobre este libro escribí una reseña, que puede leerse en este enlace.






Por lo demás, la cadena catalana lleva un tiempo poniéndose a tono con la línea soberanista del partido gobernante, como suelen hacer todas las televisiones. De manera que cuando miro una cadena de Madrid me convierto en independentista transitorio, como el señor K., pero cuando miro TV3 se me pasa la tontería. Si es que son todos iguales, nos quieren camelar con el patriotismo mientras nos empalan con la economía, que no entiende de patrias.


Al final, todos llegarán a algún acuerdo, y se olvidarán de preguntar a los ciudadanos qué quieren hacer. Ese referemdum debería convocarse y asumerse el resultado, pero le veo muy poco futuro. En este país se hace la política al margen de la opinión directa de las ciudadanos, y en una cuestión como ésta es el peor camino, o quizá el mejor para los políticos, que pueden hechar mano del asunto cuando les convenga e interpretar el sentir popular como quieran, porque nunca han preguntado directamente a los ciudadanos qué quieren hacer en este asunto. Si Catalunya tiene que ser un estado independiente de España, eso no puede ocurrir sin preguntar directamente a sus ciudadanos si quieren o no independizarse de España, sin tapujos, que no es ilegítimo preguntar, aunque para algunos sea ilegal.

Yo ya tengo mi opinión formada y mi postura tomada, pero creo que, como decía Voltaire, aunque los demás piensen lo contrario, debo defender que puedan expresar su opinión y que la decisión sea la mayoritaria.



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