DEBATE SOBRE LA PENA DE MUERTE
Nuestro colaborador, David Villalobos, nos hace entrega de un material muy interesante sobre los recientes episodios de ejecuciones chapuceras en Estados Unidos, que han abierto el debate, por enésima vez, sobre la conveniencia de la pena capital y los métodos usados para llevarla a cabo. Un debate que en españa va a estar condicionado por las opiniones conservadoras de los jóvenes, según una noticia reciente (en este enlace).
Hay una investigación abierta sobre los funcionarios de prisiones del corredor de la muerte de Grantsville (norte de Florida) por la ejecución en enero de Thomas Knight, un preso de 63 años que llevaba condenado a muerte 39 (desde 1975) por matar a un policía y a una pareja de empresarios para la cual trabajaba (más información, en este enlace).
Los hechos se transladan al 9 de enero de 1975, cuando los empresarios de motores Sydney y Lillian Gans fueron tiroteados en su despacho y después el policía James Burke, en llegar, también es tiroteado. Knight, conocido por Askari Abdullah Muhammad en la prisión, fue ejecutado el 5 de enero por inyección letal, pero el gobernador de Florida, Rick Scott, no recibió los papeles de la orden de ejecución de Knight, ni tampoco puso fecha de la misma, en lo que podría ser un caso de conspiración racista, pues Knight era afroamericano.
Mientras, en el condado de Bradford, en la Prisión Estatal de Raiford, hoy un preso se ha convertido en el hombre que más tiempo ha pasado en un corredor de la muerte de Estados Unidos. Se llama Gary Eldon Alvord, tiene 67 años y fue condenado el 8 de diciembre de 1973, hace 41 años. Alvord asesinó a la propietaria de una tienda de diarios, de 53 años, y a sus hijas de 30 y 18.
El tiempo límite de estancia en el corredor es de 35 años, pero hay presos que llevan más tiempo de lo previsto. Actualmente, en Florida, hay 404 presos esperando la pena de muerte, y 89 presos han sido ejecutados desde 1976.
En Estados Unidos cada vez hay más gente que debate sobre el uso de la pena capital, sobre si debería usarse otro método o si tendría que abolirse definitivamente. Esto, Josep, es cada vez más evidente por las ejecuciones reciente en Oklahoma y Arizona, de Clayton Lockett y Joseph R. Wood III respectivamente:
- El 28 de abril, Lockett, condenado a muerte en 1999 por enterrar viva a una adolescente, comenzó a padecer convulsiones, intentando levantarse de la camilla o pedir ayuda. 45 minutos después, murió de un ataque al corazón.
- El 23 de julio, Wood, condenado por matar a su novia y al padre de ésta a tiros en 1989, murió dos horas después de recibir la inyección letal. Algunos funcionarios aseguraban que llegó a roncar durante unos minutos, hasta que aparecieron las convulsiones (más información aquí).
Estas ejecuciones han sido conocidas como "chapuzas", y todavía hay gente que pide el pelotón de fusilamiento (se usa en Utah), el ahorcamiento (en Texas), la silla eléctrica (en Tennessee), la cámara de gas y la guillotina. Recientemente, un preso del corredor de la muerte de Miami (Florida), Keith Jansen, de 58 años, condenado a muerte hace 29, solicitó en agosto la ejecución por silla eléctrica, que ya no se usa en Florida. Jansen es uno de los 53 presos alojados en el corredor de Miami, y el más longevo de ellos. El último preso de Miami ejecutado fue en 2011, cuando el cubano Manuel Valle, que pasó 33 años condenado por matar a un policía, fue ejecutado con el pentobarbital, siendo el primero en probar esta nueva droga.
David Villalobos Alonso
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