UN LIBRO SOBRE GIORDANO BRUNO (2005)
Reseña mía del libro de Miguel Ángel Granada, La reivindicación de la filosofía en Giordano Bruno (Barcelona, Herder, 2005), publicada en Lateral, octubre de 2005.
Uno de
los aspectos más interesantes de la filosofía de Bruno es el contexto en que
nace y se desarrolla: el momento en que la Filosofía intenta zafarse del
dominio del Escolasticismo y la teología medievales y recuperar su identidad,
construida en un momento anterior al advenimiento del cristianismo como marco
conceptual imperante en la cultura occidental. Bruno no es el único en esa
época que apuesta por la recuperación de la independencia funcional de la
Filosofía y la restauración de su hegemonía en la pirámide del saber humano.
Más aún, la pugna nunca quedó claramente resuelta, y las reivindicaciones
filosóficas proliferaron a los largo de los dos siglos siguientes pues, aunque
la Filosofía consiguió superar a la teología en el terreno puramente
especulativo y hasta en el terreno docente, por razones de orden político
siguió bajo control de una burocracia enteramente influida por la teología.
En el
caso de Bruno, que es el protagonista de este nuevo análisis del profesor
Granada, no se trata de una simple reivindicación del propio oficio, sino que,
siéndolo, va mucho más allá de la práctica filosófica, considerada inútil y
hasta peligrosa por muchos, incluso hoy. Aunque este libro pretende ser,
claramente, un texto de referencia, de análisis histórico y conceptual (de
hecho, se trata de una recopilación de colaboraciones y ponencias presentadas
en congresos especializados), puede aparecer la tentación de leerlo en clave
actual, pues la temática de la reivindicación de la Filosofía lleva meses en
los periódicos y las pantallas televisivas. Incluso el tema de la rareza del filósofo puede considerarse
en plena vigencia, no por el número de gente que se enrola en el estudio de
esta disciplina, sino por la extrañeza que puede generar el personaje del
filósofo inmerso en la sociedad. Bruno es un claro ejemplo de esta rareza
esencial, que también encontramos en Sócrates y luego en Spinoza y que define
al filósofo al margen de sus logros académicos. Evidentemente, el libro de
Granada va por muchos otros derroteros, dedicado a diseccionar los conflictos
propios de la época de Bruno, pero no hay duda de que su lectura puede generar
interrogantes incluso para pasado mañana. La pregunta sobre la utilidad de la
Filosofía, la sospecha de unos, los más, de que no sirve para nada, y los
menos, de que sirve para todo, es tan vieja como la Filosofía misma.
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