ARQUÍLOCO Y EL CAMBIO SOCIAL EN LA POLIS ARCAICA


En Arquíloco (680-645 A. c.), los ingredientes homéricos comienzan a desaparecer debido al cambio social en el seno de la polis arcaica: la actividad comercia genera una nueva clase social que compite con las estructuras aristocráticas y agrarias. La polis supone ahora un intercambio económico vigilado por la justicia distributiva. Esto abre las puertas al paso desde la mentalidad homérica, plenamente arcaica y sumisa a la jerarquía de valores aristocráticos, hacia una mentalidad rebelde, que se expresa plenamente en la figura de Arquíloco, como también ocurre en el caso de Hesíodo.

La expansión comercial permitirá que algunas personas prominentes a nivel local dejen de respetar la autoridad superior e incluso aspiren a elevar su categoría social y política. Por otro lado, el comercio y la navegación sitúan al griego medio ante una perspectiva diferente, que le obliga a tomar decisiones y que le desliga de los lazos de obediencia hacia la aristocracia gobernante. “El alfarero que vende sus vasos en los muelles puede fabricar lo que desea el extranjero y no lo que el basileus acostumbraba pedirle”, comenta Forrest. Todo esto va generando una sensación de independencia psicológica que contribuye decisivamente a romper los límites políticos del griego arcaico, de tal modo que el antiguo “acatamiento irreflexivo de las órdenes se convierte muy pronto en una obediencia inquisitiva y, finalmente, es desobediencia abierta”, y a menudo en rebelión, violencia y tiranía (Forrest, pág. 77).

Arquíloco se distancia de Homero y Hesíodo porque es capaz de concebir ideas políticas más allá de los límites del gobierno aristocrático y del designio de los dioses. “Por remota que sea la posibilidad, Arquíloco puede al menos concebir la idea de una nueva forma de gobierno que llama tiranía […]. Y algo más importante aún, la tiranía en que piensa es, con toda seguridad, de modelo extranjero”, importada de los contactos de los griegos arcaicos colonizadores en Anatolia. De hecho, la palabra tiranía (tyrannis) es de origen oriental, anatólico, y fue utilizada en griego por primera vez a partir de Arquíloco. El significado de este término es complejo, y en general equivale a rey o basileus. Pero Arquíloco se referirá con él al tipo de gobierno establecido sobre la base de una revolución violenta con el fin de apoderarse del poder, esto es, una forma no legítima de obtener el poder, y arbitraria de ejercerlo. La introducción del término tiranía en la lengua griega por Arquíloco no parece deberse a razones estilística, sino a la necesidad de dar nombre a un fenómeno nuevo ocurrido en la geografía vecina pero que podría reproducirse en cualquier parte (Forrest, págs. 82-84).

En Arquíloco encontramos, pues, una manifestación de ese proceso histórico conocido como la crisis de la polis arcaica, que, con el tiempo, desembocará en el desarrollo político de la democracia ateniense. La personalidad de Arquíloco, el aristócrata descontento, es la propicia para alimentar deseos de rebelión contra el orden, y es la suya época propicia para que algunos levantamientos tengan éxito y den lugar a l establecimiento de tiranías más o menos populares (Forrest, págs. 98-121).

En Arquíloco ya aparece el ideal del ciudadano. Su concepción de la guerra ya no se asocia al honor sino al progreso de la ciudad, que incumbe a todos (la idea de que todos estamos en el mismo barco). Su idea de la justicia también se separa de la jerarquización aristocrática, y se basa en el respeto a ciertos principios de convivencia en común, dentro de ese mismo barco en el que todos navegan en la misma dirección (R. Adrados, págs. 76-77).


FUENTES

Forrest, Democracia griega. Madrid, Guadarrama, 1966.
Rodríguez Adrados, F. La democracia ateniense. Madrid, Alianza, 1985 (1975).

Comentarios

ENTRADAS MÁS VISITADAS EN LA ÚLTIMA SEMANA

CRONOLOGÍA DE LAS OBRAS DE PLATÓN

LAS IDEAS INNATAS DE DESCARTES

DESCARTES Y LOS DIFERENTES TIPOS DE IDEAS

KANT Y LA MENTIRA