ESTADO NATURAL EN LOCKE, UNA AMPLIACIÓN

Para realizar cabalmente la crítica al absolutismo monárquico, Locke introduce el concepto de estado natural en su discurso. El estado natural es una hipotética situación en que no hay Estado, ni gobierno, ni leyes, sino sólo las leyes o condicionantes naturales.
Se trata de una situación hipotética que carece de fundamentos históricos: ni Locke ni Hobbes trataron de hacer una descripción histórica del origen de la sociedad a partir de este concepto, aunque a veces, sobre todo Locke, alude a un cierto primitivismo o salvajismo como exponente del estado natural.
En suma, el concepto de estado natural es una idea para justificar o proponer un determinado modelo de sociedad. En su caso, Hobbes se sirve de él para justificar el absolutismo (el estado natural es tan peligroso que los hombres ceden su libertad a un poder enorme que los proteja, bajo la figura del Leviatán, que es el monarca absoluto); en el caso de Locke, le servirá para proponer una monarquía limitada por un parlamento.
Para Locke, en el estado natural hay leyes naturales. El concepto de ley natural es muy importante: se trata de leyes incondicionales válidas para todos los seres humanos en cualquier condición, tanto su viven en estado natural como si en un estado civil. La diferencia entre el concepto de ley natural de Locke y el de su antecesor Hobbes radica en la perspectiva desde la cual plantean su uso:
  • Hobbes tienen una perspectiva descriptiva: en la naturaleza, los seres humanos son iguales en capacidades (en potencia), y todos luchan por lo mismo, cosa que conduce a la desigualdad (de hecho).
  • Locke tiene una perspectiva normativa: en la naturaleza, los seres humano son iguales y deben seguir siéndolo, han de conservar su libertad, nadie tiene derechos superiores a los demás.
Evidentemente, Locke admite que su estado natural no es una buena descripción de la realidad, ni en la naturaleza ni en la sociedad, pero está empeñado en que así deberían ser la política y la vida social, ambas orientadas a realizar la ley natural, en pos de convertir la sociedad civil real en algo parecido al estado natural que él ha presentado. Sólo esta orientación hacia las leyes naturales (libertad e igualdad) legitima la acción política.
El resultado de todo esto es que, a diferencia de Hobbes, el estado natural de Locke es benigno y pacífico (aunque no totalmente exento de riesgo). Entonces, no hay justificación alguna para abandonar este estado a cambio de cualquier otro tipo de relaciones políticas, como el absolutismo. No hay necesidad de un estado fuerte que nos proteja de los peligros de la agresividad del instinto posesivo de nuestros congéneres, sino que desde el estado civil se ha de intentar mantener vigentes las condiciones naturales, que son benignas para los seres humanos. El Estado, en todo caso, ha de funcionar para imponer la ley natural a los ciudadanos que quieran vulnerarla, para que esta responsabilidad no haya de quedar en manos de las personas individualmente, y corriendo su propio riesgo. Así, pues, el gobierno civil no ha de limitar los derechos de los ciudadanos, sino protegerlo.


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