FRANCIS PICABIA, WALTER BENJAMIN Y DADÁ
Francis Picabia (1879-1953) era hijo de un diplomático cubano y madre francesa. Como en el caso de Duchamp, estamos ante una personalidad artística
polifacética: pintura, ilustración, diseño, edición y escritura
son las diversas actividades en que Picabia se desenvuelve con
inventiva y capacidad de adaptación, sentido de lo absurdo, capaz de
desconcertantes cambios de estilo, desde el cubismo hasta el
surrealismo, pasando por el dadaísmo.
Prostitución universal (1916-17) |
Francis Picabia se convirtió en el mensajero del movimiento: se
mueve entre Zurich, París y Nueva York, poniendo en contacto a los
diversos grupos proto-Dada de estas ciudades. Situado en Nueva York desde 1915,
Picabia pasa del cubismo al orfismo, y de éste al dadaísmo, hacia
1916, cuando comienza a pintar con tonos satíricos y arreglos
mecánicos (por ejemplo en su Prostitución universal o en la Procesión amorosa,
de 1917.
Procesión amorosa (1917-18) |
Finalmente Picabia regresa a Europa
en 1917, antes que Duchamp, y en sus estancias en París, Barcelona y
Zurich comienza a tejer los hilos que unirán a los diversos grupos
de intelectuales y artistas sensibles a las ideas dadaístas.
Especialmente en Zurich, donde mantiene el contacto con Jean Arp y
Tzara. Rasula cuenta una anécdota interesante: Arp y Tzara visitan a
Picabia en su hotel, y le sorprenden mientras está desmontando un
reloj y extiende sus pequeñas ruedecillas y otras piezas sobre un
papel. Decía Arp que Picabia “creaba máquinas antimecánicas” y
producía “una flora rebosante de esas máquinas inservibles”,
que luego usaba para componer ilustraciones tales como la portada del
número 4-5 de la revista Dada
(mayo de 1919).
Hija sin madre (1916) |
De nuevo aparece el vínculo con Benjamin, antes mencionado a
propósito del ready-made art
de Duchamp. De hecho, la relación de Benjamin con el dadaísmo es
más estrecha de lo que podría pensarse. “El dadaísmo ocupa un
lugar central en su célebre ensayo La obra de arte en la
época de su reproductibilidad técnica
(1936), donde sirve de modelo de los efectos de choque de los medios
modernos en general”, señala Rasula.
Angelus novus, de Paul Klee (1920) |
Es más, Benjamin estuvo directamente interesado en el arte dadaista:
en 1919 estuvo interesado en adquirir el cuadro de Picabia Hija
nacida sin madre (una de las versiones posteriores al original, publicado en el núm. 4 de la revista 291, en junio de 1915), pero no
pudo y en su lugar compró el famoso Angelus novus
de Klee, en 1921, que le sirvió de inspiración para su reflexión sobre el
progreso en las Tesis sobre la filosofía de la historia
(1940). Cabe decir que el cuadro de Picabia
también puede conducir a una advertencia frente a la progresiva
tecnificación de la vida, similar a la que el Angelus sugiere a
Benjamin. Tanto Benjamin como Dadá ven el futuro como resultado de
la tormenta catastrófica que impulsa desde el pasado, eso que
llamamos progreso. Rasula sugiere que la conexión entre Benjamin y
el dadaísmo está además en la idea de que “no hay documento de
la civilización que no sea a la vez documento de la barbarie”,
expresada por Benjamin en... y asumida por los dadaístas alemanes. De manera que la burla implícita en la Mona Lisa
de Duchamp ha de entenderse en el sentido que detrás de su sonrisa
puede hallarse el horror.
FUENTE:
Jed Rasula, Dadá. El cambio radical del
siglo XX. Barcelona, Anagrama,
2016.
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