NOTAS SOBRE CARL SCHMITT (1888-1985)
Referencias: El concepto de lo político (1927). Madrid, Alianza, 2008.
Autor
de tendencia antiliberal, vinculado puntualmente al nazismo aunque después se
distanció del régimen hitleriano. Su antiliberalismo visceral le ha ganado
bastantes antipatías intelectuales, aunque en la actualidad goza de cierto
reconocimiento. No es liberal, pero sí demócrata; distingue entre una cosa y la
otra, que a veces se confunden, y rechaza el mensaje del liberalismo porque,
entre otras cosas, ha minado los cimientos del Estado-nación, del Estado
soberano. Schmitt considera que el liberalismo es el promotor de la
desmembración y la debilidad del Estado en el siglo XX. Es partidario de un
Estado fuerte, como el moderno, y se opone a la idea de formar un Estado supranacional
o mundial.
Según Schmitt, el Estado moderno se caracteriza por:
- En lo interno, paz, seguridad y orden. El Estado es puramente un vigilante del orden, policía en lugar de política. Recuerda que paz y seguridad eran las exigencias spinozianas. Pero no se aleja de los postulados liberales de Locke.
- En lo externo, los diferentes estados nacionales se disputan diferentes intereses o se alían unos con otros. En este ámbito hay una total ausencia de paz y seguridad. Aquí es donde está la política, en la política exterior, de fronteras y de relaciones. De hecho, el derecho político del siglo XVIII es por antonomasia derecho internacional: Grocio, Kant, etc.
En el
siglo XX ya no ocurre lo mismo. En las democracias liberales se ha instaurado la
discusión y la lucha interna, no a base de guerras sino a través de la confrontación
entre los partidos políticos, el todos contra todos, disgregándose la unidad de
los estados con el enfrentamiento de intereses (de clase, por ejemplo), y
llegándose incluso a la guerra civil. La democracia liberal ha trasladado al
enemigo que antes estaba más allá de las fronteras nacionales al interior del
Estado. El orden superior está perdido y la inestabilidad política, económica y
militar acercan la posibilidad de la guerra, que Schmitt desea alejar.
- CATEGORÍAS MORALES: bien/mal
- CATEGORÍAS ESTÉTICAS: bello/feo
- CATEGORÍAS ECONÓMICAS: rentable/no rentable
- CATEGORÍAS POLÍTICAS: amigo/enemigo
Todo lo político se reduce al binomio amigo/enemigo, y no es posible reducir más aún. Según Schmitt, aquí se aprecia la esencia de lo político, en lo nacional, y se aplica perfectamente tanto a lo:
- Exterior, afirmando la unidad de los amigos frente a las otras naciones enemigas (naciones frente a naciones).
- Interior, afirmando la unidad frente al extraño de dentro, el otro. Cuando el enemigo está dentro, aparece el racismo, la xenofobia, la marginación, como respuesta a la alteración del orden.
Esto
último es lo que sucede con el Estado liberal, pero extremando el
enfrentamiento y generalizando las divisiones. Al poner la política en manos de
partidos, se anula el sentido unitario del Estado, la relación amigo/enemigo se
desplaza a la discusión interna entre los partidos, y si esa discusión llega a
un extremo, peligran la paz y la seguridad e incluso estallan guerras civiles.
El
liberalismo es el responsable de esta situación al haber permitido que la
política cayese en manos de partidos, que debilitan con sus enfrentamientos aritméticos
(todos contra todos) la unidad del Estado. El liberalismo es el responsable de
haber llevado dentro enemigo, cuando antes estaba fuera. El liberalismo ataca
persistentemente a la unidad del Estado al considerar primordial la importancia
del individuo y proponer un modelo de Estado mínimo, a su vez alejado del
individuo.
La
solución, según Schmitt, pasa por volver a poner la decisión de la mayoría como
expresión de la unidad del Estado, sea bajo la forma de una democracia o sea bajo
la forma de un totalitarismo. Democracia y totalitarismo están en un mismo
plano, como para los revisionistas como Kautsky (democracia como dictadura de
la mayoría, el proletariado). La oposición no se da entre democracia y
totalitarismo, sino entre democracia y liberalismo. La democracia es una forma
de totalitarismo, o algunas totalitarismo son una forma de democracia: la
voluntad de la mayoría no acepta excepciones, no acepta minorías.
La
crítica hacia Schmitt se puede dirigir hacia la cuestión del binomio amigos/enemigos.
Es posible el consenso entre mayorías y minorías, sin convertir a las minorías
en enemigos del Estado. Por otro lado, aunque su idea del binomio amigo/enemigo
es aceptable como elemento a contar en la política, no por ello ha de ser
esencial, siendo simplemente un accidente más del fenómeno político. Por
ejemplo, Aristóteles considera la amistad como un factor esencial en la
cohesión social y en la práctica política, descartando la enemistad como una
forma de tiranía.
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