BAUER Y EL IMPERIALISMO
Otto Bauer
(1882-1938)
Bauer estudia
el aumento de las rivalidades globales: las grandes potencias tienden cada vez
más a situar sus políticas exterior y militar en áreas poco desarrolladas del
globo para asegurarse áreas de influencia económica, en las que apoyarse
durante las depresiones cíclicas del capitalismo. Esto incluye análisis del
proteccionismo industrial como factor acompañante del imperialismo, porque
permite a los monopolios industriales abaratar anormalmente sus productos en el
exterior.
Basándose
en la teoría marxista del valor, deduce que el intercambio entre áreas industrializadas
y áreas atrasadas produce un beneficio excedente que favorece a las áreas ricas,
aunque sea en condiciones de librecambio (noción formulada por Kautsky en
1901).
En
conjunto, la idea de Bauer es que la expansión capitalista conduce a la anexión
imperialista, para asegurar al capital monopolizado mercados y áreas de
inversión políticamente controladas y sin competidores extranjeros.
En cuanto a las implicaciones sociales del imperialismo, Bauer afirma que en principio es aceptado por la masa proletaria porque redunda en su beneficio, fruto de una ordenación mundial de la economía. Sólo cuando aparecen las consecuencias políticas del imperialismo (rearme, pérdida del control político, autoritarismo, militarismo, etc.) se transforma esa primera aceptación en hostilidad, en aquellos obreros que hayan desarrollado conciencia de clase. De ahí la incompatibilidad entre la socialdemocracia y el imperialismo. El problema político para la socialdemocracia es que no puede evitarse la estimación de los otros obreros hacia los beneficios del imperialismo. Aquí está la clave, aunque Bauer no pudiera saberlo en ese momento, del conflicto de la izquierda europea durante la I Guerra Mundial, el auge de los nacionalismos y los totalitarismos, y la gestación de la II Guerra Mundial.
FUENTES:
Lichtheim,
George, El marxismo. Un estudio histórico
y crítico. Barcelona, Anagrama, 1971.
Souyri,
Pierre, El marxismo después de Marx.
Barcelona, Península, 1975.
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