BIOGRAFIA DE PROTÁGORAS
Nacimiento y orígenes
Protágoras nació en Abdera, puerto tracio del norte del mar Egeo,
hacia el 490. Diógenes Laercio habla de 486/85 (Vidas IX,
50). La cronología sobre Protágoras es insegura (Melero, pág. 81,
nota 2), y su nacimiento podría remontarse incluso al 500, pero
forzando los datos cronológicos que se tienen por seguros (Diógenes
Laercio, Vidas IX, 56; Melero, pág. 89, nota 30).
Sobre su lugar de nacimiento hay alguna controversia: Diógenes
Laercio señala que nació en Abdera (Vidas IX, 50, citando a
Heráclides Póntico, Sobre las leyes). Éupolis, comediógrafo
contemporáneo de Aristófanes y, en consecuencia, también de
Protágoras, afirma que era de Teos (Los aduladores, frag. 157
K. A.). La divergencia se explica por el hecho de que Abdera era una
colonia de Teos, así como que el nombre de esta última encajara
mejor en la versificación de Éupolis.
En cuanto a su familia, apenas se sabe. Diógenes (Vidas IX, 50) cita
dos nombres correspondientes al supuesto padre de Protágoras:
Artenón y Meandrio. Del primero habla también Hesiquio (Onomatol.);
el segundo es corroborado por Apolodoro y Filóstrato (Filóstrato,
Vida de los sofistas I 10, 1), y parece por ello más probable.
Por el testimonio de Filóstrato se sabe que la familia de Protágoras
era acomodada y prominente hasta el punto de haber hospedado al
propio Jerjes en su casa, durante la invasión, cosa que podría
haber favorecido la controvertida noticia sobre la educación del
joven Protágoras por los magos que acompañaban a Jerjes
(Filóstrato, Vida de los sofistas I 10, 1).
Viajes
Como es propio de los sofistas, viajó por toda Grecia, Italia
meridional y Sicilia, ejerciendo su actividad en las principales
ciudades, donde trababa contacto con las principales familias
locales.
Pasó varias temporadas en Atenas, a partir de 444, ejerciendo la
enseñanza, de donde procede su reputación. En esta primera ocasión
estuvo vinculado al grupo de intelectuales del círculo de Pericles,
quien le encargó la redacción de la constitución de la colonia de
Turios, fundada ese mismo año (Diógenes Laercio, Vidas IX,
50; Melero, pág. 78). En esta colonia se potenció la realización
de una ciudad ideal, diseñada racionalmente tanto en lo urbano como
en lo político, sobre la base de las ideas más progresistas de la
época, como el sistema democrático de Pericles. Se supone que
Protágoras no hizo un calco de la constitución ateniense, sino que
utilizó otros códigos complementarios, y el resultado fue algo
semejante a las reformas de Solón en Atenas.
Viaja a la colonia de Thurioi (Turios), enviado por Pericles para dar
una Constitución a sus habitantes.
Sobre las estancias de Protágoras en Atenas, hacia 432-431 y después
hacia 421 hay diversas controversias. El diálogo de Platón dedicado
a Protágoras refiere una segunda visita de éste a Atenas ocurrida
poco después de la muerte de Hipónico, hijo de Calias (Ateneo,
Deipnos. V 218b), pero Hipónico murió en 422 (Tucídides,
III 91.4), así que la fecha no encaja con la segunda visita en
432-431, sino con la tercera, o hay alguna confusión. En el
Protágoras, Platón sólo se refiere a una visita anterior a
la que se da en la acción del diálogo, pero sin especificar si
aquella era la primera o la segunda.
Ateneo sitúa la entrevista entre Sócrates y Protágoras que Platón
narra coincidiendo con la época de la representación de Los
aduladores de Éupolis, en 421, que coincide con la tercera
visita de Protágoras, y donde éste aparece en una escena, mientras
que en el Conno de Amipsias no aparece el sofista en el coro
de pensadores, representada en el certamen de 423, al mismo tiempo
que Las nubes de Aristófanes, dos años antes. En conclusión, parece probable que Protágoras
visitara Atenas entre 423 y 421.
Se relaciona de nuevo con Pericles. Plutarco los muestra discutiendo
un tema de la oratoria judicial (es la jabalina la responsable de una
muerte accidental, o quien la lanza) (Plutarco, Vidas. Pericles
36). Pero esto ha de ocurrir entre la segunda y la tercera visita,
puesto que Pericles muere en 429.
Se le relaciona también con Calias (se encarga de la educación de
sus hijos) y con Eurípides. Parece que fue en la casa de éste
(Calias) donde leyó su tratado sobre los dioses, y que luego le
supuso un proceso por impiedad. Se cuenta que hizo
leer a su discípulo Arcágoras una obra suya, criticando la religión
(Antilogías y Sobre los dioses), y que por esto fue
procesado. Es evidente que Protágoras no se mantuvo oculto ni enseñó
en secreto sus conocimientos (Platón, Protágoras 348e). Otro
testimonio dice que Protágoras leyó en público algunos de sus
escritos, entre ellos el titulado Sobre los dioses, y que estas
sesiones de lectura ocurrieron en la casa de Eurípides o en la de
Megaclides, o en el Liceo, con lectura de un tal Arcágoras (Diógenes
Laercio, Vidas IX, 54). La cronología de estas lecturas, de
cualquier forma, no está esclarecida, aunque pudieron producirse en
la segunda visita de Protágoras a Atenas, aún en vida de Pericles,
mientras que el proceso se inició a partir de la tercera visita,
cuando su protector ya había muerto y el ambiente en Atenas era muy
diferente y hostil a los sofistas, lo que propició la posterior
acusación de impiedad en 411.
Conoce a Demócrito y entabla amistad con él. La influencia sobre el
atomista será enorme. La leyenda dice que Demócrito quedó
asombrado de la disposición geométrica con que Protágoras llevaba
un haz de leña, se le acercó, conversó con él, y desde entonces
lo consideró siempre como su maestro.
En 421-420, aprox., nueva estancia en Atenas (Ateneo,
Deipnos. V 218b ss). Pericles y sus
hijos Páralo y Jantipo ya han muerto, víctimas de la peste, y el
clima intelectual y espiritual en Atenas ya no es tan eufórico. En
423, Aristófanes ha escenificado las Nubes, con poco éxito
inicial, pero en su obra los sofistas aparecen como responsables de
la crisis ateniense, mucho antes de la derrota frente a Esparta. En
421 es acusado de impiedad (Éupolis,
Aduladores; se trata éste de un comediógrafo contemporáneo de
Áristófanes y también crítico con Sócrates).
Entre 421 y 411 inicia una serie de viajes a Sicilia.
En 411, mientras Protágoras estaba en Atenas, fue acusado
formalmente de impiedad y ateísmo, por Pitodoro, hijo de Policelo,
uno de los Cuatrocientos (Diógenes Laercio, Vidas IX, 54). Su
caso fue uno más de la larga serie de procesos religiosos iniciados
contra los intelectuales ilustrados en la Atenas dominada por los
aristócratas conservadores. Sus obras fueron confiscadas de manos de
sus poseedores y luego quemadas, razón por la cual se han perdido, y
él fue expulsado de la ciudad y de los dominios atenienses, después
de un proceso judicial (Diógenes Laercio, Vidas IX, 51;
Filóstrato, Vida de los sofistas I 10, 3; Cicerón, De la
naturaleza de los dioses I 24, 63). Filóstrato, en este
testimonio, cita que otros afirman que fue condenado directamente en
la Asamblea, sin juicio. Aristóteles cita como acusador a Evatlo
(Diógenes Laercio, Vidas IX, 55); este nombre coincide con el
de un discípulo de Protágoras con quien este tuvo una disputa sobre
sus honorarios, pero puede ser una simple coincidencia.
Sobre el episodio de la quema de los libros impíos de Protágoras,
del cual se hace eco Tovar (Hesiquio en su Onomatol. Tovar se refiere a que Sócrates vio
con agrado la quema pública de los libros de Protágoras. Tovar cita la referencia a Diógenes,
Vidas IX, 52: “A causa de este proemio fue desterrado de
Atenas. Y los atenienses quemaron sus libros en el ágora después de
ordenar por medio del pregonero que los entregaran todos los que los
habían comprado”). Esto puede
enmarcarse en los ocasionales enfados de los atenienses contra la
filosofía, y en concreto contra intelectuales cercanos a Pericles;
Anaxágoras, Diógenes, Sócrates, Aristóteles, también sufrieron
algún tipo de persecución. Es evidente que
la oligarquía tradicionalista siempre estuvo contra la sofística,
pero estos procesos judiciales no son sólo enfados culturales, sino
que se ponen en marcha en cuanto las condiciones de la democracia
ateniense se hacen más precarias, y sobre todo a partir de su caída
en 411, con el golpe oligárquico de los Cuatrocientos (sin embargo,
los Cuatrocientos anularon los procesos de eisangelía, según
Aristóteles en su Constitución de los atenienses 8
4).
Muerte
Entre 415 y 410, se ve obligado a huir a Sicilia, y en el viaje
naufraga el barco y Protágoras muere en el mar (Diógenes Laercio,
Vidas IX, 55, más referencia a Eurípides,
Ixión, representada en 410/408, donde alude al episodio; pero
es una controversia; sobre la condena, la huida y la muerte de
Protágoras, hay también una referencia en Sexto Empírico, Adv.
Math. IX 55-56, que coincide con lo señalado hasta ahora).
Diógenes concreta: Protágoras murió durante el viaje a Sicilia, a
los noventa años, según unos (también Hesiquio, en su Onomatol.);
Apolodoro dice que a los setenta, después de ejercer cuarenta como
sofista, floreciendo en la 84ª Olimpíada, es decir, que vivió
entre 483/482 y 414/413 (Diógenes Laercio, Vidas IX, 56).
Según Filóstrato, Protágoras intentó llegar al continente, pero
debía eludir el domino ateniense en el Egeo, y su embarcación acabó
zozobrando y murió ahogado (Filóstrato, Vida de los sofistas
I 10, 3).
Sobre el episodio de la quema de los libros impíos de Protágoras, del cual se hace eco Tovar (Hesiquio en su Onomatol. Tovar se refiere a que Sócrates vio con agrado la quema pública de los libros de Protágoras. https://doctorariobo.com/biografia-de-joyce-meyer/
ResponderEliminarCada una de las historias me ha encantado por ejemplo en pagina web
ResponderEliminarsiempre tendrán cuentos bellos.