PARMÉNIDES Y EL SENTIDO DE LA REALIDAD (a vueltas con el logos)
Parménides hereda la
cuestión de la conexión entre el logos (palabra, lenguaje, entre otros
significados) y la realidad, de una forma que condicionará totalmente en el
desarrollo de su pensamiento. "Muchos problemas, dice Guthrie, de la
filosofía griega proceden de la confusión de la gramática, la lógica y la
metafísica. Y se confundían estas tres cosas porque, como materias separadas de
estudio, no puede decirse que existiera ninguna de ellas" (Guthrie, Los
filósofos griegos, pág. 52). Así que Parménides hereda también el problema
de entender el logos de esta manera, el uso de una lógica que mezcla la
gramática y la metafísica, porque en su época éstas no estaban bien
diferencias. De hecho, el uso de ciertas palabras griegas ha de considerarse
cuidadosamente, porque nosotros las usamos dentro de un marco lógico diferente.
Según Guthrie, el uso del lenguaje entre aquellos griegos aún estaba
condicionado por la proximidad de la cultura mágica primitiva, en que una
palabra y el objeto designado por ella eran un todo único.
El verbo ser, en
griego significa existir, aunque también tiene un uso predicativo, como
unión entre un sujeto agente y sus atributos. Tenemos delante, pues, dos usos
diferentes del verbo ser:
- Uso
existencial
- Uso
predicativo
Cuando de algo se dice que
no es, puede entenderse también que no existe. Esta concepción
ontológico-gramatical chocará con un problema inicial en la filosofía
naturalista griega, el del cambio: una única esencia o cosa debe explicar la
presencia manifiesta de cosas diferentes. Por ejemplo, Tales hablará del agua
como elemento primario del que derivan todos los demás, es decir, aquellos que no
son agua. El problema estallará cuando Parménides encerrará el verbo ser en
la imposibilidad de no ser.
Según Guthrie, Parménides consideraba el verbo ser sólo desde la perspectiva de
su uso existencial. Decir de una cosa que es significa únicamente que esa
cosa existe.
La lógica de Parménides,
su uso del verbo ser en sentido existencial, no admite cualquier operación
semejante a la que realizaran los milesios: no puede decirse que el agua puede
derivar en tierra, convertirse en lo que no es, porque eso supone que el agua
deja de ser, es decir, deja de existir para convertirse en tierra, en lo que no
es. Para esta lógica existencial, no ser significa desaparecer de la
existencia.
La conclusión de esto, o
más bien el punto de partida para Parménides, es que, dada esta lógica, sólo
podemos afirmar que ello es y que una sola cosa existe. El ser es
lo único pensable y lo único decible. Si nombramos o pensamos el no-ser, caemos
en un absurdo, en tanto que damos existencia al no-ser mediante locuciones que
carecen de significado. No podemos señalar el no-ser, pero sí podemos señalar
una manzana. Caemos en el engaño del no-ser porque al usar el lenguaje para
nombrarlo, ese ruido adquiere forma y parece plausible (Valls, La dialéctica,
pág. 19).
El resto de la filosofía
de Parménides es una inevitable inferencia de este punto de partida (Guthrie).
Sobre esta cuestión hay un
artículo de Agustín García Calvo que indaga en la posible oposición entre ser y
realidad, a partir del texto de Parménides. Se titula "Ser y
realidad" (revista Mania, UB, núm. 2, 1996, pp. 9-15; se puede leer en este
enlace).
Según García Calvo, ésta es la primera vez que el uso de la palabra ser
deja de ser copulativo para ser sustantivo, convertido en un objeto del que
puede hablarse, algo insólito en tiempos de Parménides. García Calvo se refiere
a una operación más abstracta que no puede formularse en términos de lenguaje
corriente, sino en términos de metalenguaje, que transforma el "índice
sintáctico de unión" en una "cosa": la silla es, es
decir, lo que es. Pero no es una cosa cualquiera, sino algo especial, el
ser, algo que no es la realidad en tanto que lo real se compone de cosas, de
cosas que existen. No se puede usar el término existir al traducir los
versos del poema de Parménides, cosa que sí entra en
contradicción con las ideas expuestas por Guthrie, y deja abierta la incógnita
de si Parménides mismo entendería y suscribiría esta interpretación. De hecho,
García Calvo considera que el uso predicativo del ser por parte de Parménides
se lleva a límites excesivos, un empleo exagerado de la cópula "como si
fuera un verbo que dijera algo" [como sí dice el verbo existir]. Se
trata sólo de un acto humano, convencional: el acto de definir, tal y como se
define una mesa, un triángulo, un color. Las definiciones nada tienen que ver
con la realidad de las cosas que existen, que están ahí, son operaciones
abstractas referentes a cosas abstractas.
FUENTES
Guthrie, W. K. C., Los
filósofos griegos. México DF, FCE,1985 [1950].
Valls, R., La dialéctica. Barcelona, Montesinos, 1981.
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