UNA LECTURA POLÍTICA DEL POEMA DE PARMÉNIDES

La lectura política del poema de Parménides tiene un componente también literal, pues considera que el poema describe un viaje real por Elea, una especie de excursión. Estudios arqueológicos sobre los restos de la ciudad parecen corroborar esta versión, así como la descripción realizada por Parménides en su texto. 

Esta propuesta es de Capizzi (en su Introduzione a Parmenide, editada por Laterza). Este autor sugiere interpretar el poema desde una perspectiva política y literal, como un reflejo abstracto de las preocupaciones políticas y sociales de Parménides, que buscaba asegurar la homogeneidad social de su ciudad ante la amenaza de la expansión fenicia. Esta tesis no es unánimemente aceptada por los críticos, pero la tesis de Capizzi tiene el respaldo de las investigaciones arqueológicas, que muestran que hay cierta similitud entre la configuración urbana de Elea y las descripciones del poema, si éste se lee considerando que narra una excursión real por la ciudad. Según esta interpretación, la supuesta excursión se lleva a cabo en un momento de escisión entre los dos núcleos urbanos de que constaba Elea, siendo imposible pasar de uno a otro porque la puerta que los comunicaba se hallaba cerrada. Parménides intentaría resolver esta escisión mediante el viaje y el poema que lo describe. 

Este viaje que Parménides lleva a cabo se realiza de norte a sur, de la oscuridad a la luz, a través del camino de la fuente de la diosa, franqueado por chopos y olmos. En el poema, las referencias mitológicas (Helíades, Faetón, el carro, etc.) sirven para situar geográficamente el lector en ese viaje real de un núcleo a otro de Elea. En cuanto a las palabras finales de la diosa, que introducen una dimensión filosófica en el discurso, Capizzi las vincula a la intención política del autor, que espera unificar la ciudad como una esfera redonda y maciza, una demanda a hacer piña como el Sol, sólida y sin fisuras. En este asunto se plantearían dos opciones (políticas) o dos vías, como indica el poema: la vía de la verdad (indestructible e imperecedera) y la vía de la opinión (incierta).

Ocurre, sin embargo, que esta parte del poema está fatalmente desaparecida, y precisamente esta parte sería la más fácilmente politizable. No obstante, Parménides opta por la vía de la verdad, y si se hace una lectura política de esto, Capizzi deduce que Parménides intentaría mostrar a sus paisanos que la solución para la ciudad es defender su integridad territorial, su unidad política, su homogeneidad, así como su coherencia en materia de relaciones exteriores, en un momento de polarización acerca de la conveniencia de dos opciones de posibles alianzas: Cartago o Siracusa. 

Esta lectura política del poema da lugar también a una interpretación sobre la ideología de Parménides: a la luz de su concepto del ser, podríamos pensar en una visión autoritaria de la política, de un tradicionalismo poco dado a cambios, justificando el inmovilismo en un momento cercano a la crisis del sistema aristocrático (polis arcaica), que desembocó en tiranías que, en algunos casos, evolucionaron hacia democracias como la ateniense. En cierto sentido, el concepto parmenídeo se opondría a una perspectiva pluralista de la política.

  

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