NOVEDAD EDITORIAL
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Los
indios Nátchez tienen por sagrada la costumbre de llevar consigo los restos
óseos de sus antepasados; allá donde van los vivos, les siguen los muertos,
como un precioso lastre. Así lo recoge Chateaubriand en su novela Atala:
los huesos de los ancestros son inhumados durante la Fiesta de los Muertos, y
puestos en común, y sobre ellos se forjan los tratados y alianzas entre las
diferentes tribus indias. Más adelante, en el epílogo, Chateaubriand mismo
cuenta que en su viaje al Niágara se encontró con los indios Nátchez
descendientes de Chactas y de René, sus personajes principales, que huían de la
matanza que los franceses habían provocado, y en su huida llevaban consigo los
huesos de sus antepasados...
INDICE
1 Los huesos de nuestros
ancestros
2 Germaine de Staël, Chateaubriand y la
religión
3 Adolphe y
Corinne
4 Maria Antonieta y la Guerra del
92
5 La memoria de las
víctimas
Bibliografía
La versión digital, en este enlace.
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