ANTES DE LA REVOLUCIÓN
Siguiendo con los antecedentes de la Revolución francesa, en esta entrada damos cuenta del Tercer Estado, compuesto de burguesía y clases populares. En primer lugar, nos referiremos a la burguesía y sus diferentes grupos:
Es la clase preponderante en el
Tercer Estado. Dirigirá la Revolución en su provecho.
De hecho, la revolución pretende corregir la contradicción que Sieyès detecta:
la burguesía lo es todo, ocupa todos los lugares clave de la sociedad, tiene la
riqueza y la cultura, pero carece del poder político que poseen los otros dos
estamentos.
El poder económico de la burguesía puede calibrarse en la medida de su
propiedad agrícola: posee entre un 10 y un 45% de las tierras, según las
regiones.
Los grupos en que se divide la burguesía son varios, según su posición
en la escala social y su rango económico:
- La alta burguesía basada en rentistas (intereses de capital por inversiones comerciales o financieras, o beneficios agrícolas). Posee tierras y también inmuebles urbanos, que alquila. Supone hasta casi un tercio del total de la burguesía francesa, según las regiones, y ha ido en aumento a lo largo del siglo. Contiene también un grupo de rentistas de bajo nivel, según la diversidad de las fortunas.
- La burguesía profesional, que se ha integrado en la administración del Estado, es funcionarial, y aporta buena parte del capital que sostiene el presupuesto (impuestos y préstamos). Supone entre un 10 y un 20% del conjunto de la burguesía. Sus orígenes son mercantiles, y de ella surgirá la base ideológica revolucionaria del Tercer Estado. Hay cierta diversidad en su seno: altos funcionarios de la administración de justicia forman una aristocracia, la noblese de robe, que se opondrá a las reformas; siguen profesionales liberales de primer orden, como procuradores, ujieres, notarios y abogados; profesionales liberales de menor rango, como médicos, farmacéuticos, cirujanos, profesores y maestros (poco numerosos estos, porque la enseñanza aún es monopolizada por el clero), preceptores privados y periodistas (particularmente abundantes en París). Los ingresos de estos profesionales son también muy variados, así como sus niveles de vida, que van desde un régimen similar a la nobleza hasta las limitaciones de un farmacéutico de una población pequeña.
- La burguesía de negocios, o clase de emprendedores, dividida en diferentes categorías según su actividad:
o
Burguesía financiera, que se alimenta de los impuestos
indirectos generados por las actividades agrarias o de los proveedores del
ejército, banqueros, etc. Son la aristocracia de la burguesía, aliados de la
nobleza en tanto que participan en los mismos negocios, y porque entre ambos
grupos hay enlaces matrimoniales. Protegen a artistas y filósofos. Hay grandes
fortunas derivadas de su participación en las primeras sociedades por acciones.
Son un grupo tan impopular como la nobleza, y serán perseguidos en la fase
radical de la Revolución.
o
Burguesía comercial, particularmente próspera en
las ciudades portuarias, gracias al comercio colonial y de esclavos. De este
grupo se alimentarán el partido girondino (nacido de entre la burguesía de
Bordeaux) y la base ideológica de la primera fase revolucionaria (monarquía
constitucional).
o
Burguesía manufacturera y de las primeras empresas
industriales basadas en la producción capitalista; dan trabajo a los primeros
obreros, tanto de origen campesino como urbano. Crecimiento lento de la
producción industrial, variable según las regiones, durante todo el siglo XVIII. Hay
sectores de crecimiento lento, como el textil, y rápido, como las nuevas
industrias (carbón, metalurgia, etc.). pero la influencia del crecimiento
industrial sobre el crecimiento económico global francés es modesta, aunque
empuja al crecimiento del sector comercial y exportador.
- La pequeña burguesía artesanal y comercial, que supone unos dos tercios dentro de la burguesía. En este grupo cuenta más el factor trabajo que el capital, hasta el punto que allá donde los ingresos provienen sólo del trabajo personal, estamos en la frontera social de las clases populares. El grupo se nutre de los habitantes de las ciudades que viven de su trabajo: pequeño comercio, artesanos y mano de obra de pequeños talleres (oficiales y obreros); algunos llegan a ser pequeños propietarios de inmuebles. Padecerán las transformaciones técnicas que la revolución industrial intorducirá sobre las formas de producción tradicionales. A finales del XVIII, muchos artesanos ven empeorar sus condiciones económicas y de producción, abocados a ser meros asalariados dependientes. También soportarán las variaciones de precios y salarios, que les favorecen cuando son productores pero les perjudican cuando se acercan a las condiciones del asalariado, aunque sin llegar a la indigencia. De la movilización de este grupo, a causa de la agudización de la crisis de precios, surgirán los sans-culottes urbanos, determinantes en la evolución de la Revolución a partir de 1793.
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FUENTES:
- Péronnet, M., Vocabulario básico de la Revolución francesa. Barcelona, Crítica, 1984, pág. 253.
- Soboul, A., La Révolution française. Paris, Gallimard, 1996, págs. 67-73.
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