ANAXIMANDRO DE MILETO
Discípulo
y sucesor de Tales en la escuela de Mileto, pero entendiendo
escuela en el sentido que le dieron los doxógrafos griegos, en su
mayoría de la época helenística, un tanto arbitrariamente. En
realidad, sólo es seguro que ambos filósofos vivieron en Mileto y
que uno era más joven que el otro, y que
coincidieron en plantearse el mismo problema: la esencia de la
physis. A esta cuestión Anaximandro respondió que la esencia
de las cosas es el apeiron (lo indeterminado), que funciona
también como génesis (origen) y arjé (principio) de
todo.
Hay
que tener en cuenta que todos los fragmentos que se conservan sobre
Anaximandro son sospechosos de haber contaminado sus ideas originales
con conceptos posteriores a su propia época, como arkhé,
génesis e incluso el mismísimo apeiron, que no
aparece en los fragmentos que se atribuyen al propio Anaximandro con
seguridad. Cabe la posibilidad de confundir el apeiron con una
stofa o elemento similar al agua de Tales, mientras que parece
mucho más plausible que Anaximandro se refiera más bien a un
principio dinámico mucho más abstracto.
Que el
apeiron sea un concepto mucho más abstracto que el agua no
implica que Anaximandro haya dejado de seguir los procedimientos
racionales y críticos del naturalismo; simplemente significa que dio
cuenta de las dificultades que supone explicar lo general mediante
algo tan concreto como el elemento agua: cómo explicar lo
absolutamente seco a partir de lo húmedo, por ejemplo. La propuesta
de Anaximandro pretende cubrir todos los frentes en los que la
propuesta de Tales sería insatisfactoria. Es una propuesta lógica,
no mitológica, salvo por sus alusiones a la divinidad del apeiron,
semejantes a las divinizaciones de la stofa de los otros
naturalistas jonios. El apeiron explica toda la variedad de
concreciones de la naturaleza a partir de la indefinición y lo
indeterminado mediante algo abstracto (logos).
La
cuestión es si todo esto puede identificarse con la idea de stofa,
o con la idea de arkhé (principio). Aristóteles apuesta por
lo segundo: el apeiron es un principio que rige el mundo
determinado, pero no se puede hallar en el mundo. “Lo infinito no
tiene principio, sino que parece ser ello el principio de los demás
seres, y que todo lo abarca y todo lo gobierna” (Aristóteles,
Física IV).
En
cuanto al problema del cambio, Anaximandro introduce la relación
entre contrarios. El mundo concreto es fruto de la individualización
de los elementos contrarios a partir de la amalgama indiferenciada
del todo, que es único y permanente. El mundo es una representación
de las diversas fases por las que atraviesan los elementos contrarios
(frío/caliente, noche/día), en virtud de la periódica alternancia
de las hegemonías. Las relaciones de oposición se dan entre los
elementos, pero no entre los elementos y el apeiron.
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