ERIS, DIOSA DE LA DISCORDIA


Eris (Discordia entre los romanos), es hija de Nyx (Noche) y hermana de Ares (Marte romano). Hay que tener en cuenta que Nyx es una divinidad de la segunda diferenciación, es decir, situada en niveles cosmogónicos y teogónicos primarios. 

Eris es diosa de la lucha, la disensión, la contienda, el desacuerdo; como su hermano, que es dios de la guerra; la encontaremos en el vestíbulo del Averno, junto a Ares y Euménides (Furias o Erinias, divinidades infernales encargadas de ejecutar la sentencia de los jueces sobre aquellas almas culpables, y también ministras de la venganza de los dioses; aunque en unas versiones son hijas de Urano, por la acción de Cronos, y en otras son hijas de Cronos, por la acción de Zeus, Hesíodo también las hace hijas de Eris). 

Es representada montada a caballo, rodeada de serpientes y de lazos sangrantes, el rostro lívido, ojos asustados, espuma en la boca y lengua rezumante de veneno; en sus manos lleva una antorcha o un puñal, y un cilindro o rollo con las palabras “guerra, confusión, querella”. 

Eris es una divinidad maléfica, apresada por Zeus a causa de los conflictos que generaba en el Olimpo, y luego enviada entre los mortales, donde Discordia se entregó al criminal placer de sembrar conflictos entre los estados, las familia y las personas. Hijos de Eris son la Fatiga, el Olvido, el Hambre, los Dolores, los Combates, Guerras, Matanzas, Masacres, Odios, Mentiras, Discursos, Ambigüedades, Desorden y Destrucción y el Juramento, “el que más dolores proporciona a los hombres de la tierra siempre que algún perjura voluntariamente”. Estas atribuciones, bajo la forma de abstracciones personificadas, son muy importantes porque los mortales van a estar muy influidos por ellas; más aún, el espíritu erístico es también inseparable del espíritu filosófico, en tanto que para hacer filosofía hay que dejarse llevar por el espíritu crítico, esto es, la voluntad de cuestionar todo aquello que los otros dan por bueno, el gusto por llevar la contraria. 

Está implicada en el inicio de la guerra de Troya, a partir del episodio en que Paris ha de escoger entre las tres Gracias, cosa que supuso la ruina de Troya: Eris es la única divinidad que no es invitada a las bodas de Tetis y Peleo, por lo que, en venganza, lanza entre las tres diosas la manzana de la discordia con la inscripción “a la más hermosa”. Paris (Alejandro) ha de escoger entre Hera, Atenea y Afrodita, a quién corresponde la manzana; cada una le promete a cambio un premio: soberanía total, la victoria en la guerra y la mano de Helena, respectivamente. Paris elige a Afrodita, y luego zarpa hacia Esparta y se instala en la corte del rey Menelao, marido de Helena. Al décimo día huye de la ciudad con Helena, a quien ha convencido para que le acompañe hasta Troya; la acción es interpretada como un rapto, y tal cosa provoca el ataque de los griegos unidos contra Troya.


FUENTES:

Apolodoro, Epístomes 3, 2.
Commelin, P., Mythologie grecque et romaine. Paris, Garnier, 1960.
Homero, Ilíada XXIV 25 ss.
Hesíodo, Teogonia 227-234.

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